Enfermedades del Olivo las 20 más Comunes: Síntomas y Causas

Las enfermedades del olivo representan uno de los mayores desafíos para olivicultores en todo el mundo. Estos árboles milenarios, conocidos por su resistencia y longevidad, no están exentos de patologías que pueden mermar significativamente su producción y calidad. Desde la temida verticilosis hasta el común repilo, las enfermedades del olivo abarcan un amplio espectro de afecciones causadas por hongos, bacterias y otros patógenos. En esta guía exhaustiva, exploraremos las 20 enfermedades más comunes que afectan a los olivos, detallando sus causas, síntomas y métodos de control. Ya sea usted un agricultor profesional o un entusiasta del olivar, comprender estas enfermedades del olivo es crucial para mantener la salud y productividad de sus árboles. Prepárese para sumergirse en el fascinante mundo de la fitopatología olivarera y descubra cómo proteger sus preciados olivos de las enfermedades del olivo más frecuentes.

enfermedades del olivo
Recreación de un olivo enfermo // Imagen creada con inteligencia artificial.

Lista de Enfermedades del Olivo

  1. Verticilosis
  2. Repilo
  3. Aceitunas jabonosas
  4. Tuberculosis del olivo
  5. Negrilla
  6. Escudete
  7. Aceituna jabonosa
  8. Phytophthora
  9. Marchitez por Fusarium
  10. Podredumbre de raíces
  11. Antracnosis
  12. Emplomado
  13. Lepra del olivo
  14. Fumagina
  15. Seca de ramas
  16. Mancha ocular
  17. Chancro del olivo
  18. Roña
  19. Oidio del olivo
  20. Armillaria

Caracteristicas de las Enfermedades del Olivo

1. Verticilosis: la principal enfermedad del olivo

La verticilosis, causada por el hongo Verticillium dahliae, es una de las enfermedades más devastadoras del olivo. Este patógeno habita en el suelo y penetra en la planta a través de las raíces, colonizando los vasos conductores. Los síntomas incluyen marchitez repentina de ramas o de toda la copa, hojas que se secan y permanecen adheridas, y en casos graves, la muerte del árbol. La enfermedad se ve favorecida por temperaturas moderadas (20-25°C) y alta humedad. Su control es difícil debido a la persistencia del hongo en el suelo, por lo que la prevención mediante el uso de variedades resistentes y prácticas culturales adecuadas es crucial.

2. Repilo del Olivo

El repilo, provocado por el hongo Spilocaea oleagina, es una de las enfermedades foliares más comunes en el olivar. Se caracteriza por la aparición de manchas circulares en el haz de las hojas, que pueden causar defoliación prematura y pérdida de producción. Los síntomas suelen manifestarse como lesiones oscuras rodeadas de un halo amarillento. La enfermedad prospera en condiciones de alta humedad y temperaturas suaves, siendo más frecuente en primavera y otoño. El control se basa en aplicaciones de fungicidas preventivos y en prácticas culturales que favorezcan la aireación de la copa.

3. Aceitunas Jabonosas

La enfermedad de las aceitunas jabonosas, causada por el hongo Colletotrichum spp., afecta principalmente a los frutos. Los síntomas se manifiestan como lesiones hundidas y oscuras en las aceitunas, que pueden llegar a momificarse. En condiciones de alta humedad, se observa una masa rosada de esporas en la superficie de los frutos afectados. Esta patología reduce significativamente la calidad del aceite y puede causar importantes pérdidas económicas. Su desarrollo se ve favorecido por lluvias frecuentes y temperaturas suaves durante la maduración del fruto. El control se basa en la aplicación de fungicidas y en la recolección temprana de las aceitunas.

4. Tuberculosis del Olivo

La tuberculosis del olivo, provocada por la bacteria Pseudomonas savastanoi pv. savastanoi, se caracteriza por la formación de tumores o verrugas en ramas, tronco y, ocasionalmente, en hojas y frutos. Estos tumores interfieren con el flujo de savia y debilitan el árbol, reduciendo su productividad. La bacteria penetra en la planta a través de heridas, por lo que las prácticas de poda y la recolección pueden favorecer su propagación. El control se centra en medidas preventivas como la desinfección de herramientas, la poda en tiempo seco y la eliminación de ramas afectadas. No existen tratamientos curativos eficaces una vez que la enfermedad se ha establecido.

5. Negrilla del Olivo

La negrilla, causada por varios hongos saprofitos del género Capnodium, Aureobasidium y otros, no es una enfermedad parasitaria en sí, sino un crecimiento fúngico superficial que se desarrolla sobre la melaza secretada por insectos como la cochinilla o la mosca blanca. Se manifiesta como una capa negra que recubre hojas, ramas y frutos, reduciendo la fotosíntesis y el vigor del árbol. Aunque no penetra en los tejidos, puede causar defoliación y disminución de la producción si es severa. El control se basa principalmente en el manejo de las poblaciones de insectos que producen la melaza, mediante el uso de insecticidas o el fomento de enemigos naturales.

6. Escudete del Olivo

El escudete, causado por el hongo Botryosphaeria dothidea, afecta principalmente a ramas y troncos del olivo. Los síntomas incluyen la formación de lesiones necróticas hundidas en la corteza, que pueden expandirse y formar cancros. En casos graves, puede provocar la muerte de ramas enteras. La enfermedad se ve favorecida por el estrés hídrico y las heridas en la corteza. El control se basa en la poda y eliminación de las partes afectadas, así como en la aplicación de fungicidas protectores. Es importante mantener los árboles en buen estado nutricional y evitar el estrés hídrico para prevenir infecciones.

7. Aceituna Jabonosa

La aceituna jabonosa, también conocida como antracnosis, es causada por hongos del género Colletotrichum. Afecta principalmente a los frutos, provocando lesiones circulares hundidas que pueden cubrirse de una masa rosada de esporas en condiciones húmedas. Los frutos afectados pueden caer prematuramente o momificarse en el árbol. Esta enfermedad no solo reduce la producción, sino que también afecta gravemente la calidad del aceite. Su desarrollo se ve favorecido por temperaturas suaves y alta humedad durante la maduración de la aceituna. El control se basa en la aplicación de fungicidas preventivos y en la recolección temprana de los frutos.

8. Phytophthora en el Olivo

La enfermedad causada por Phytophthora spp. afecta principalmente al sistema radicular y al cuello del olivo. Los síntomas incluyen amarilleamiento y marchitez de las hojas, decaimiento general del árbol y, en casos severos, muerte de ramas o del árbol completo. La infección se ve favorecida por suelos pesados con drenaje deficiente y exceso de humedad. El control se basa en mejorar el drenaje del suelo, evitar el exceso de riego y, en casos graves, aplicar fungicidas sistémicos. La prevención es crucial, ya que una vez establecida, la enfermedad es difícil de erradicar.

9. Marchitez por Fusarium en el Olivo

La marchitez por Fusarium, causada por especies del género Fusarium, es una enfermedad vascular que afecta al olivo. Los síntomas incluyen amarilleamiento y marchitez de las hojas, que puede progresar rápidamente hasta causar la muerte de ramas enteras o del árbol completo. El hongo penetra por las raíces y coloniza los vasos conductores, obstruyendo el flujo de agua y nutrientes. La enfermedad se ve favorecida por temperaturas cálidas y condiciones de estrés en la planta. El control es difícil una vez establecida la infección, por lo que la prevención mediante el uso de material vegetal sano y prácticas culturales adecuadas es fundamental.

10. Podredumbre de Raíces en el Olivo

La podredumbre de raíces puede ser causada por varios patógenos del suelo, incluyendo especies de Armillaria, Rosellinia y Phytophthora. Los síntomas generales incluyen decaimiento progresivo del árbol, amarilleamiento y caída de hojas, y eventual muerte de ramas o del árbol entero. Las raíces afectadas presentan necrosis y descomposición. Esta enfermedad se ve favorecida por suelos mal drenados y exceso de humedad. El control se basa en mejorar las condiciones del suelo, evitar el encharcamiento y, en algunos casos, aplicar fungicidas específicos. La prevención mediante prácticas culturales adecuadas es crucial para evitar el establecimiento de estos patógenos.

11. Antracnosis del Olivo

La antracnosis, causada principalmente por hongos del género Colletotrichum, afecta sobre todo a los frutos del olivo, aunque también puede dañar hojas y ramas jóvenes. En los frutos, causa lesiones circulares hundidas que pueden cubrirse de masas de esporas rosadas en condiciones húmedas. Los frutos afectados pueden caer prematuramente o momificarse. Esta enfermedad no solo reduce la producción, sino que también afecta gravemente la calidad del aceite. Su desarrollo se ve favorecido por temperaturas suaves y alta humedad durante la maduración de la aceituna. El control se basa en la aplicación de fungicidas preventivos y en la recolección temprana de los frutos para evitar infecciones tardías.

12. Emplomado del Olivo

El emplomado, causado por el hongo Pseudocercospora cladosporioides, es una enfermedad foliar que afecta principalmente a las hojas del olivo. Los síntomas se manifiestan como manchas irregulares de color gris plomizo en el envés de las hojas, que pueden causar defoliación prematura si la infección es severa. La enfermedad se ve favorecida por condiciones de alta humedad y temperaturas moderadas, siendo más frecuente en otoño y primavera. Aunque no suele causar daños tan graves como el repilo, puede reducir la capacidad fotosintética del árbol y afectar su productividad. El control se basa en la aplicación de fungicidas cúpricos y en prácticas culturales que mejoren la aireación de la copa.

13. Lepra del Olivo

La lepra del olivo, causada por el hongo Phlyctema vagabunda, afecta principalmente a los frutos, aunque también puede dañar hojas y ramas jóvenes. En los frutos, causa lesiones circulares hundidas de color marrón oscuro, que pueden fusionarse y cubrir gran parte de la superficie. Los frutos afectados suelen caer prematuramente o momificarse en el árbol. La enfermedad se ve favorecida por condiciones de alta humedad y temperaturas moderadas durante la maduración de la aceituna. El control se basa en la aplicación de fungicidas preventivos, la mejora de la aireación de la copa mediante poda adecuada y la recolección temprana de los frutos para evitar infecciones tardías.

14. Fumagina del Olivo

La fumagina, al igual que la negrilla, no es una enfermedad parasitaria sino un crecimiento superficial de hongos saprofitos sobre la melaza secretada por insectos como pulgones, cochinillas o moscas blancas. Se manifiesta como una capa negra que recubre hojas, ramas y frutos, reduciendo la capacidad fotosintética del árbol. Aunque no penetra en los tejidos, puede causar defoliación y disminución de la producción si es severa. El control se centra principalmente en el manejo de las poblaciones de insectos que producen la melaza, ya sea mediante el uso de insecticidas o el fomento de enemigos naturales. La mejora de la aireación de la copa mediante poda también puede ayudar a reducir su incidencia.

15. Seca de Ramas del Olivo

La seca de ramas puede ser causada por varios patógenos, incluyendo especies de Botryosphaeria, Neofusicoccum y Diplodia. Los síntomas incluyen el marchitamiento y muerte de ramas, que pueden presentar lesiones necróticas en la corteza. La enfermedad suele manifestarse en árboles sometidos a estrés, ya sea por sequía, daños por heladas o podas severas. Los patógenos penetran generalmente a través de heridas en la corteza. El control se basa en la eliminación de las ramas afectadas, la desinfección de las herramientas de poda y la aplicación de fungicidas protectores. Es importante mantener los árboles en buen estado nutricional y evitar situaciones de estrés para prevenir infecciones.

16. Mancha Ocular del Olivo

La mancha ocular, causada por el hongo Wilsonomyces carpophilus, afecta principalmente a las hojas del olivo, aunque también puede dañar frutos y ramas jóvenes. Los síntomas se manifiestan como manchas circulares de color marrón claro con un centro más oscuro, dando la apariencia de un ojo. En infecciones severas, puede causar defoliación prematura y reducción de la producción. La enfermedad se ve favorecida por condiciones de alta humedad y temperaturas moderadas, siendo más frecuente en primavera y otoño. El control se basa en la aplicación de fungicidas protectores y en prácticas culturales que mejoren la aireación de la copa, como la poda adecuada.

17. Chancro del Olivo

El chancro del olivo puede ser causado por varios hongos patógenos, incluyendo especies de Botryosphaeria y Phoma. Se caracteriza por la formación de lesiones necróticas en la corteza de ramas y tronco, que pueden expandirse y formar cancros. En casos graves, puede provocar la muerte de ramas enteras. La enfermedad se ve favorecida por el estrés hídrico y las heridas en la corteza, como las causadas por la poda o los daños por heladas. El control se basa en la eliminación de las partes afectadas, la desinfección de las herramientas de poda y la aplicación de fungicidas protectores. Es importante mantener los árboles en buen estado nutricional y evitar situaciones de estrés para prevenir infecciones.

18. Roña del Olivo

La roña, causada por el hongo Venturia oleaginea, afecta principalmente a las hojas y frutos del olivo. En las hojas, provoca manchas circulares de color marrón oscuro, mientras que en los frutos causa lesiones corchosas y agrietadas. En casos severos, puede provocar defoliación y caída prematura de frutos, afectando significativamente la producción. La enfermedad se ve favorecida por condiciones de alta humedad y temperaturas moderadas, siendo más frecuente en primavera y otoño. El control se basa en la aplicación de fungicidas protectores, especialmente tratamientos cúpricos, y en prácticas culturales que mejoren la aireación de la copa, como la poda adecuada.

19. Oidio del Olivo

El oidio, causado por el hongo Leveillula taurica, es una enfermedad que afecta principalmente a las hojas del olivo, aunque en casos severos puede extenderse a brotes jóvenes y frutos. Los síntomas se manifiestan como un polvillo blanquecino en el envés de las hojas, que puede causar deformaciones y caída prematura de las mismas. En los frutos, puede provocar manchas oscuras y deformaciones. La enfermedad se ve favorecida por condiciones de alta humedad relativa y temperaturas moderadas. El control se basa en la aplicación de fungicidas específicos para oídio, como los que contienen azufre, y en prácticas culturales que reduzcan la humedad en el entorno del árbol.

20. Armillaria en el Olivo

La armillaria, causada por hongos del género Armillaria, es una enfermedad que afecta principalmente al sistema radicular y la base del tronco del olivo. Los síntomas incluyen un decaimiento general del árbol, amarilleamiento y caída de hojas, y en casos avanzados, la muerte de ramas o del árbol completo. Bajo la corteza de la base del tronco y raíces principales, se pueden observar placas miceliares blanquecinas características. La enfermedad se ve favorecida por condiciones de alta humedad en el suelo y suele ser más problemática en olivares establecidos en terrenos anteriormente ocupados por bosques. El control es difícil una vez que la infección se ha establecido, por lo que la prevención es crucial. Esto incluye evitar plantar en suelos infestados, mejorar el drenaje y evitar el exceso de riego.

Conclusión sobre las enfermedades del olivo

El conocimiento y manejo adecuado de las enfermedades del olivo es fundamental para mantener la salud y productividad de los olivares. La prevención, a través de prácticas culturales adecuadas y el uso de variedades resistentes cuando sea posible, es la mejor estrategia para evitar pérdidas económicas significativas. Es importante realizar monitoreos regulares para detectar síntomas tempranos y aplicar medidas de control oportunas. Además, el uso responsable de fungicidas y otras medidas de control debe ir acompañado de un manejo integrado que considere aspectos como la nutrición del cultivo, el riego adecuado y la biodiversidad del olivar para fomentar la presencia de enemigos naturales de plagas y enfermedades.

Recuerde que la aparición y severidad de las enfermedades del olivo pueden variar según las condiciones climáticas, las prácticas de manejo y las variedades de olivo cultivadas en cada región. Por lo tanto, es recomendable consultar con expertos locales en olivicultura y fitopatología para adaptar las estrategias de manejo a las condiciones específicas de cada olivar.